sábado, 2 de octubre de 2010

MACHETE


Cuando los "excesos" logran el objetivo. 

Machete podría definirse como uno de los grandes aciertos de la carrera de Robert Rodríguez. Sin ser nunca una obra redonda; ni mucho menos, logra llegar a su objetivo con eficacia, que no es otro que la acumulación de excesos. 

Exceptuando (y que nunca me parecieron una maravilla), El mariachi, Abierto hasta el amanecer y Sin City, todo, absolutamente todo el trabajo de Rodríguez, me ha parecido insufrible. Ya sea por su afán de querer encargarse de las labores de director, guión, productor, montador, fotografía, música… De hecho, cuando ha decidido asesorarse de dichas labores, ha sido cuando ha logrado sus mejores trabajos. Pero, en anteriores ocasiones, su pretensión de cuanto más, mejor, y la recolección de excesos; con la excusa de no tomarse en serio nunca, sus trabajos, no llegaban al nivel marcado. 


Es por ello, que el experimento titulado Machete, es un producto de lo más entretenido y gamberro. Nunca tomándose en serio. Es en ésta ocasión, en la cual, la fuerza de frikadas y salvajadas del director de Spy Kids llegan a su logro.

¿El reparto? Desaprovechado. A Trejo le viene que ni pintado el papel; Jessica Alba, Michelle Rodríguez y Lindsay Lohan se limitan a pasearse por ahí; Steven Seagal haciendo del oportuno narcotraficante; y un cachondo Robert De Niro como el senador mata inmigrantes. Separo al siempre divertido Cheech Marin, en está ocasión, en el papel de cura (momentazo el que protagoniza en la Iglesia).


Mutilaciones, asesinatos, decapitaciones, sangre, desnudos, escenas sin sentido, diálogos totalmente irrelevantes; sin olvidar, la sátira del racismo, los problemas fronterizos entre Estados Unidos y México, y, ese homenaje al cine de acción de serie B de los 70 y 80, funcionan dentro del marco bastardo en el que se mueve la película. A un lado, queda la torpe realización de su director, que sigue sin demostrar nada nuevo, y algún que otro bajón de ritmo del film, un error importante; dado lo que pretende ser. 

En resumen, un festín para todos aquellos que quieran disfrutar con lo comentado en el párrafo anterior, en cambio, los demás, os habéis equivocado de película. En relación con su cineasta, una nueva muestra (y ésta vez, acertada) de un hombre enamorado de su trabajo. Disfrutémosla. ¡Que el año que viene cae Spy Kids 4: Armageddon!

NOTA: 6  


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