Simpática, divertida y fresquita.
Pagafantas me pareció tan entrañable como divertida. Gracias a la naturalidad de los personajes y al ingenioso humor que desprendía la película. El director Borja Cobeaga, afronta su segundo largometraje, No controles, con las buenas expectativas que dejó Pagafantas. Protagonizan la función Unax Ugalde, Julián López y Alexandra Jiménez.
No es que la película funcione en su plenitud. El descontrol de gags y humor nunca llega a aparecer, pero podría decirse que Cobeaga controla la situación sin que nunca se le vaya de las manos, aunque sí es cierto, que en algún instante, éste podría haber dado algún empujón a la acción y darle un aire más acelerado.
Pero la película funciona. Es divertida, con un soplo de aire fresco a la comedia española y la confirmación, de ése nuevo genio de la comedia llamado Julián López. Su Juancarlitros es la mayor baza de la película. Abraza la locura en los instantes más desternillantes, proporcionado la carcajada en el espectador tan solo con su figura.
La temática sigue al pie de la letra la ya utilizada por Cobeaga en Pagafantas, el hombre inmaduro e indeciso que es incapaz de hacerse con las riendas de su vida. La diferencia es que en No controles, mejora los resultados que le dieron en aquella, ofreciendo más personalidad y soltura a los personajes.
Alexandra Jiménez cumple con un papel muy pasivo, pero ella sabe cómo darle un toque acertado elevando al personaje en cada momento que hace acto de presencia. En cuanto a Unax Ugalde, aunque correcto, quizás algo incomodo en un tipo de cine por el que no está acostumbrado a moverse.
No controles se convierte en un dulce y simpático trofeo de que un determinado estilo de comedia es posible, a través de la mano de Borja Cobeaga y de la excelente capacidad de hacer reír de Julián López, el nuevo titán humorístico del cine español.