miércoles, 30 de marzo de 2011

MÁS ALLÁ DE LA VIDA


Incluso un Eastwood menor, es algo más.

Hablar de Clint Eastwood no es algo simple. El octogenario director sigue con su ritmo imparable de estrenar película por año. Después de la fallida Invictus, Clint, pega un cambio de género para adentrarse en un dramón sobrenatural de historias cruzadas llamado, Más allá de la vida. Un cruce entre El Sexto Sentido y 21 Gramos bajo el prisma del director de Million Dollar Baby, un guión de Peter Morgan (The Queen) y un reparto encabezado por Matt Damon, Cécile De France y Bryce Dallas Howard. 

Lo cierto es que hablar de una película como Más allá de la vida no resulta del todo fácil. A medio camino entre una obra seria y trágica, nos encontramos con un pasaje de altibajos, no muy duros, pero si lo suficientes como para hacer que no acabe de ser un film redondo. El libreto de Peter Morgan narra tres historias que tarde o temprano se verán cruzadas por la causa o el destino. Algo más visto que el pan. Pero el problema no viene de una base narrativa ya vista con anterioridad, si no de trazar una fractura en medio de un triangulo unido. 


Por un lado tenemos la historia de George Lonegan (Matt Damon), un parapsicólogo que intentar huir por todos los medios posibles de un don que le impide mantener una relación normal con el mundo y consigo mismo. La segunda historia es la de los hermanos Marcus y Jacob (George y Frankie McLaren) que les pondrá a prueba tras un terrible accidente. Y por último, la historia de Marie Lelay (Cécile de France), una periodista francesa que tras sobrevivir milagrosamente a un tsunami descubrirá un cambio en una vida, aparentemente, bien decorada. 

Es en la historia de Marie donde se encuentra el error (con respecto a las otras dos brillantes historias) del largometraje. Mientras las historias de George y Marcus mantienen siempre el interés y la atención del espectador, la de Marie se descuelga en muchos instantes, causando que el film no mantenga el hilo por el cual se intenta mantener durante las dos horas de duración. Es ahí donde el guión de Morgan hubiera merecido una pequeña revisión, suprimiéndole pompa y sumándole la sencillez efectiva del relato. 


Cuando hablo de sencillez, hablo del clima reposado y pausado que posee la narración. Nos encontramos ante una película que induce a la calma, que nos relajemos y nos introduzcamos en la piel de unos personajes con infinitas preguntas y perdidos en un laberinto de emociones, intentando encontrar su sitio en un mundo injusto y confuso, huyendo de sus miedos y en la búsqueda de un pequeño resquicio de esperanza.

Con una puesta en escena clásica, directa y lúcida de Eastwood, se suma la, ya habitual, opaca fotografía de Tom Stern, con una gama de colores fríos y claro/oscuros habituales en el cine del director de Mystic River. Suspender la repetitiva música de Clint Eastwood, que sigue con el empeño de ser él mismo quien componga las partituras de sus películas. 


Destacar el excelente trabajo de su reparto: Con un esplendido Matt Damon, el descubrimiento de George y Frankie McLaren, una exquisita Cécile de France (pese a las dificultades de su historia) y una excelente Bryce Dallas Howard con un personaje tan arrebatador como igual de fallido (por el resultado de éste). Sin olvidarme de algunas escenas: Como el espectacular arranque de la cinta (¡qué aprenda Roland Emmerich de cómo rodar cine catastrofista!); el momento en el que Marcus pierde su gorra en el metro; o el soberbio y triste encuentro en el hotel de Londres, donde ha servidor se le hizo imposible no soltar una lágrima.


Estos elementos son los que determinan que Más allá de la vida sea un film extraño y difícil de catalogar. Una historia tan irregular como de misteriosa belleza, tan diferente como insólita. Un tipo de cine al que no le hace falta mucho para existir. Rebosante de sencillez y de una sinceridad que, incluso siendo un film menor, le hace digno de ser mucho más. Es algo de lo que pocos pueden presumir. Solo genios como Clint Eastwood son acreedores de dichas palabras.  

NOTA: 7

lunes, 14 de marzo de 2011

THE GREEN HORNET


Avispón por encargo.

Ciertos directores necesitan recurrir de proyectos prefabricados para sacar adelante una carrera que se encuentra en una situación económicamente estancada. Es el caso del francés Michel Gondry, reputado director de famosos videos musicales y películas tan interesantes como La ciencia del sueño, o la excelente ¡Olvídate de mí!. A Gondry le llega el momento del encargo, con un supuesto relato de comedia y acción descontrolada, bajo el libreto de Seth Rogen (Supersalidos, Lío Embarazoso) y con las interpretaciones de él mismo, Cameron Díaz y un desaprovechado Christoph Waltz (Malditos Bastardos). 

Ni la gran gracia visual que había demostrado Gondry hasta la fecha puede con una historia tan previsible y escasa de sorpresas. Nos encontramos más cerca del puro estilo Rogen, acercándose a base de gags rocambolescos y gritones, que a lo que Gondry nos tenía acostumbrados (muy lejos queda la citada ¡Olvídate de mí!). El director francés dirige con potencia pero no con encanto. Se conforma con llegar al mínimo para pasar el trago.


En el apartado interpretativo: Seth Rogen no encaja con el conjunto pero muestra una baza de su acostumbrada y desenfrenada diversión haciendo acto de presencia en los tramos más logrados del film. Pasando por una cansina Cameron Díaz, un Jay Chou interpretando al compañero de turno, a un desperdiciado Christoph Waltz con el rol de villano, un tipo de personaje hecho para él como anillo al dedo, pero carente de carisma. Mención aparte al cameo de James Franco, cachondo. 

La película se mueve por aguas bulliciosas. Cuando Gondry dice hacer de ella un espectáculo sin freno, éste decide apostar por el humor Superfumados de Rogen, en cambio  cuando la cinta se convierte en una acumulación de gags absurdos y de humor fácil, Gondry decide aparecer de nuevo y sobrecargarnos con su abrupta puesta en escena.


The Green Hornet ofrece lo justo para existir. Entretenimiento facilón, limitado, y, aparentemente, para cualquier tipo de público. Michel Gondry aprueba el cometido por lo justo. En silencio, sin hacer ningún tipo de ruido. Bastantes elogios hizo anteriormente otro tipo de película, más barata, más recordada y exquisita que la historia del avispón verde; ¿verdad Michel?

NOTA: 5